jueves, 23 de enero de 2020

Esas bocas...


El ruido y la furia es una famosa novela de William Faulkner, cuyo título original es The Sound and the Fury, que el autor toma de un verso de Macbeth y tiene otro significado más próximo a “mucho ruido y pocas nueces” o simplemente a “parloteo”. 
He pensado en esto, supongo que en defensa propia, cuando he escuchado lo que ha salido por las bocas de esos políticos tan democráticos y constitucionalistas durante las pasadas semanas, cuando se estaba fraguando lo que ha acabado por ser un nuevo gobierno, un inédito gobierno de coalición. El tono alarmista, la actitud apocalíptica, el lenguaje belicista, los argumentos de ardor guerrero y desprecios personales que han exhibido sin el menor rubor los portavoces de PP, Cs y Vox, cada uno a su manera, me han dado tanto miedo que he preferido pensar que estaban parloteando, que seguramente estaban actuando, porque actuando, encarnando una ficción, vale todo. 
Si no es así, tienen un grave problema, ellos, sus partidos y sus votantes —y por extensión todos nosotros, la sociedad en que vivimos—. Dar la voz de alarma, escandalizar y aterrorizar al personal porque los contrincantes políticos utilizan las herramientas que nuestro sistema democrático ofrece para investir presidente y formar gobierno, es despreciable, irresponsable y sospechoso. Tensar tanto la situación como la han tensado, soltando por sus bocas lo que han soltado, indica que se sienten verdaderamente —y bélicamente, como recién salidos de una guerra— derrotados y se aferran a la peligrosa idea de “sin mí, el caos”.  
Próximamente conoceremos la altura a la que esté el nuevo gobierno, pero la de la oposición la conocemos ya. En Macbeth se habla de la vida como “un cuento relatado por un idiota, lleno de ruido y furia, sin significado alguno”. Algo parecido se podría haber dicho sobre nuestra política y quienes la sumergen en el fango. 



No hay comentarios: