Mi vecina Felicidad, Feli, llega
exclamativa. "¡Ay, las estadísticas! ¡Ay, las estadísticas de la
lectura!". La causa es la publicación del informe La
lectura en España 2017, editado por la Federación de Gremios de
Editores de España. Como el informe completo hay que solicitarlo a la
Federación y sólo se difundirá gratuitamente poco a poco en internet durante
los próximos meses, Feli se ha dedicado a contrastar la información recogida en
diversos medios de comunicación. "Y ése ha sido mi error", se
lamenta, "porque no hay por dónde cogerlo. Mira, dicen que el 39 % de los
españoles no abrió un libro en 2015, pero resulta que el 92 % de la población
se considera lectora y que el 42 % entra en lo que denomina 'lectores frecuentes'
que son quienes leen al menos una vez a la semana, –¡una vez a la semana!, ¿qué
clase de información es ésta?, ¡por favor!–, pero este dato es de 2012,
mientras que el dato sobre el cierre de 700 librerías afecta a 2013 y el del
cierre del 25 % de los puntos de venta de prensa abarca los diez últimos años,
incluido 2016. Y hay más. Los mayores lectores son mujeres, universitarios y
habitantes de ciudades de más de un millón de habitantes; y en cuanto a
bibliotecas, las escolares van de cul..., perdón, y las públicas han perdido
ocho millones de préstamos entre 2010 y 2014 y han visto reducido el gasto de
1,50 euros por habitante a 0,56 entre 2009 y 2014...". Le pido que pare,
por dios, que no me entero con tanta cifra y tanta fecha, pero ella suelta una
carcajada estruendosa y remata: "sí, hombre, ordenadito te lo voy a
contar, para ahorrarte la desazón que yo he sentido. De eso nada". Y ha
rematado con otra de las suyas: "la única estadística en la que creo es la
de la escuela de Les Luthiers cuando afirman que de cada diez perdonas que ven
la tele, cinco... son la mitad". ¡Ay!, Feli.
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